sábado, 10 de octubre de 2009

Un perrosky en el trasantiago

Y así es como han pasado meses desde la última entrada colgada en este humilde blog. Pero como es característica de mi linea editorial, vuelvo en gloria y remolinche a remecer sus cabezas con mis escritos carentes de profundidad.

Me desperté hoy en la mañana, con una leve caña y una peculiar coloración morada en mis labios... será que me habré besuqueado con una gótica? o será que me bajé un cartón de Santa Hache? Luego de cuestionarmelo de una forma elegante y profunda, me decidí y fui a almorzar a la cazuela de mi tía. Estaba yo, entonces, esperando la 504, ahí en portugal con diagonal paragua. Al subirme a nuestro tan querido transporte público, veo lo que el día de hoy nos convoca en torno a estas letras; UN KILTRO DE TOMO Y LOMO VIAJANDO EN LA MICRO, así como les cuento, amigos mios, un perrosky de aquellos; echadito, mirando al resto de los pasajeros y esperando llegar a su destino. Yo me imagino que debió haber tomado la micro en estación central, y en volá iba a ver a algún pariente al barrio alto, e incluso, puede que fuera a pinchar con alguna perrita lais...

Al llegar a Antonio Varas me bajé, y el carismático perrosky siguió su camino... debí haberle metido conversa, pa no quedarme con la bala pasada y saber a dónde carajo iba.