viernes, 26 de enero de 2007

santa maradona


Una vez estaba yo frente a la tv, para variar, y me topé con un filme que hasta ahora me ha hecho reflexionar. La película empezaba así: una serie de escenas en las que el talentosisimo Maradona hacía sus mejores jugadas, incluyendo la polémica mano de Dios y todas esas jugadas ultra repetidas, de fondo se escuchaba la canción "santa maradona" de unos argentinos, no me acuerdo muy bien de ese tema, solo recuerdo que en una parte gritan rapidito "fútbol fútbol fútbol...", el cuento es que después de esa escena de introducción empezó la historia dentro el filme. La trama giraba en torno a un par de amigos en busca de sus destinos en el mundo, uno de ellos buscaba alguna entrevista para alguna pega, al final el tipo se daba cuenta de que no estaba ni ahí con laburarle un peso a alguien haciendo alguna mierda que no se le antojara, el otro tipo, o era el mismo... la verdad no me acuerdo... publicaba críticas fílmicas en un revista super X, y la gracia de eso era que el tipo con cuea veía las pelis que comentaba, su estrategia era robarse los comentarios de otras revistas de países perdidos en el mundo, algo así como si algún weon se robe un comentario de este profesional blog. Además está la polola de uno de ellos, que intentaba entrar al elenco de una obra de teatro, al final termina haciendo snub snub (como diría un buen sabio por ahí) con el director del montaje para que la deje entrar en él. Con todo lo que les he contado ustedes se podrían imaginar un buen nombre para esta historia en la que ni pisca de fútbol aparece en todas las dos horas de duración; si, se llama "Santa Maradona", y yo esperaba en todo el rato que apareciera el guaton Diego Armando o algo así, o por lo menos su pelotita loca rodando por la pantalla... y sólo al final de la película uno entiende, la verdad es que no se entiende pero para no quedar como weon uno cree entender, por qué el nombre de ese peliculón italiano (se me olvidó decir que ni argentina era la wea). Ya cuando yo estaba diciendo "el nombre de esta wea es como el de el efecto mariposa, donde no hay mariposas y la película no causa ningún efecto (sólo unas ganas de vomitar)", aparecío la respuesta que tanto andaba buscando... los dos pasteles que protagonizaban, sentados frente a la tv, reconociendo que la habían cagado medio medio y sintiendo una luz de esperanza dentro de tanta paja que los consumía, se paran de golpe desde sus asientos y dando casi un grito esperanzador dicen "¡Santa Maradona!"... y eso, por eso se llama así la película...

martes, 23 de enero de 2007

El tiempo perdido

No sé ustedes, pero yo cuando chico era enfermo de bueno para ver monos animados, una wea enferma enferma, así a cagarse. Ahora que ya estoy hecho un pseudo hombre comienzo a recapitular lo que he hecho, algunas veces con ese estúpido afán mio de cuestionar, pero recapitulando al fin y al cabo, el cuento es que entre tanto recordar lo que hice y no hice me vienen ciertos sentimientos encontrados; o sea, hay gente que dedicó su infancia a los juegos, mirar el horizonte, dormir mucho, hacer maldades o que se yo... y otros, como su buen servidor, que nos dedicamos a ver monos y ver películas hasta mas no poder, y cuando digo más no poder es hasta ese punto extremo en que tu trasero junto con tus ojos te dicen "loco, para la wea un ratito". Es que uno es chico y no mide las cosas que hace, es más, sólo hace poco tiempo me di cuenta la facilidad con la que caigo en excesos de ese tipo... ¡ver monos todo el santo día! era una wea increíble, de verdad, llegó un momento en que me había visto todos los monos que transmitían en el dichoso cartoon network, y por suerte llegaron más canales de dibujos animados para seguir saciando mi sed...
Ahora que ya introduje el tema, hablando de mis excesos de tv, voy a aclarar que también viví una infancia como un niño normal, sólo que a esa edad más que las noches en las que me quedaba con mis cientos de amigos (aquellos tiempos en que la amistad era inocente) me marcó con mayor fuerza todo lo que mi cerebro consumía delante de la tv o de la pantalla grande. Bueno, el cuento es que este escrito no tiene la intención (la verdad es que si, pero un poco nomas) de ser algo autorreferente, si no que quiero llegar a la reflexión de las cosas que nos han marcado de tal manera que ahora definen gran parte de nuestra personalidad y de la forma en la que miramos el mundo, y eso es lo que me ocurre con los dibujos animados y con las películas que consumía cuando era un pequeño (ni tan pequeño eso si), y es porque creo que mucho de lo que intento crear en la actualidad es fiel reflejo de lo que consumí en tiempos anteriores. No voy a entrar en el tema de la creatividad, sólo repetiré algo bien comentado; la creatividad dificilmente viene de la nada, siempre hay algo en lo que basamos nuestras creaciones, y he ahí la importancia que le doy a las toneladas de horas frente a la pantalla, porque tal vez mi crianza no fue lo suficientemente intelectual como para que alguien me dijese: "oye weon ocioso, anda a leer algo en vez de estar viendo los mismos monos repetidos", y gracias a Dios que así no fue, porque mucho de lo que he hecho se lo debo al Cartoon Network o al Nickelodeon o a los inolvidables sábados por la tarde en los que iba al cine con mi papá o con mis tías a ver alguna película de monos bien taquillera, onda El Rey León o La Bella y la Bestia. Yo creo que si todos nos pusiéramos a recapitular todo lo que ha alimentado nuestras inquietas mentes llegaríamos a conclusiones similares; somos consumidores innatos y lo que nos metemos en la mente es lo que define de gran manera la forma en la que pensamos y enfrentamos la realidad; díganselo al niño suicida que dedica gran parte de sus días a leer a Sabato.
Yo con cuea le doy una hora al día a la tv ( sin contar las dos películas diarias que veo ahora en vacaciones) y es porque siento que ya pasé esa etapa, pero debo aceptar que recordar todas esas caricaturas y darme cuenta de lo mucho que significaron para mi me llena de nostalgia.