martes, 23 de enero de 2007

El tiempo perdido

No sé ustedes, pero yo cuando chico era enfermo de bueno para ver monos animados, una wea enferma enferma, así a cagarse. Ahora que ya estoy hecho un pseudo hombre comienzo a recapitular lo que he hecho, algunas veces con ese estúpido afán mio de cuestionar, pero recapitulando al fin y al cabo, el cuento es que entre tanto recordar lo que hice y no hice me vienen ciertos sentimientos encontrados; o sea, hay gente que dedicó su infancia a los juegos, mirar el horizonte, dormir mucho, hacer maldades o que se yo... y otros, como su buen servidor, que nos dedicamos a ver monos y ver películas hasta mas no poder, y cuando digo más no poder es hasta ese punto extremo en que tu trasero junto con tus ojos te dicen "loco, para la wea un ratito". Es que uno es chico y no mide las cosas que hace, es más, sólo hace poco tiempo me di cuenta la facilidad con la que caigo en excesos de ese tipo... ¡ver monos todo el santo día! era una wea increíble, de verdad, llegó un momento en que me había visto todos los monos que transmitían en el dichoso cartoon network, y por suerte llegaron más canales de dibujos animados para seguir saciando mi sed...
Ahora que ya introduje el tema, hablando de mis excesos de tv, voy a aclarar que también viví una infancia como un niño normal, sólo que a esa edad más que las noches en las que me quedaba con mis cientos de amigos (aquellos tiempos en que la amistad era inocente) me marcó con mayor fuerza todo lo que mi cerebro consumía delante de la tv o de la pantalla grande. Bueno, el cuento es que este escrito no tiene la intención (la verdad es que si, pero un poco nomas) de ser algo autorreferente, si no que quiero llegar a la reflexión de las cosas que nos han marcado de tal manera que ahora definen gran parte de nuestra personalidad y de la forma en la que miramos el mundo, y eso es lo que me ocurre con los dibujos animados y con las películas que consumía cuando era un pequeño (ni tan pequeño eso si), y es porque creo que mucho de lo que intento crear en la actualidad es fiel reflejo de lo que consumí en tiempos anteriores. No voy a entrar en el tema de la creatividad, sólo repetiré algo bien comentado; la creatividad dificilmente viene de la nada, siempre hay algo en lo que basamos nuestras creaciones, y he ahí la importancia que le doy a las toneladas de horas frente a la pantalla, porque tal vez mi crianza no fue lo suficientemente intelectual como para que alguien me dijese: "oye weon ocioso, anda a leer algo en vez de estar viendo los mismos monos repetidos", y gracias a Dios que así no fue, porque mucho de lo que he hecho se lo debo al Cartoon Network o al Nickelodeon o a los inolvidables sábados por la tarde en los que iba al cine con mi papá o con mis tías a ver alguna película de monos bien taquillera, onda El Rey León o La Bella y la Bestia. Yo creo que si todos nos pusiéramos a recapitular todo lo que ha alimentado nuestras inquietas mentes llegaríamos a conclusiones similares; somos consumidores innatos y lo que nos metemos en la mente es lo que define de gran manera la forma en la que pensamos y enfrentamos la realidad; díganselo al niño suicida que dedica gran parte de sus días a leer a Sabato.
Yo con cuea le doy una hora al día a la tv ( sin contar las dos películas diarias que veo ahora en vacaciones) y es porque siento que ya pasé esa etapa, pero debo aceptar que recordar todas esas caricaturas y darme cuenta de lo mucho que significaron para mi me llena de nostalgia.

2 comentarios:

Zozototo dijo...

yo soy seco pa las comas.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón en que somos lo ke konsumimos. Sin embargo, a veces me kuesta mucho trabajo saber ké es lo ke he konsumido, porke he hecho varias kosas, pero nada realmente, me expliko: he leído, pero nunka fanátiko de un autor (bueno 2, pero son pokos), he visto monos, pero de ninguno domino los detalles, porke he visto uno ke otro kapítulo y luego me aburro y me voy a konversar kon alguien... no lo tengo bien definido, pero kreo ke es eso lo ke más me tira, lo ke más he hecho y lo ke más haré: sentarme a konversar un rato kon alguien, tomando un roncito, un kafé, fumando un cigarro o simplemente konversando... en eso he invertido mi tiempo y tampoko me arrepiento, pero a veces me gustaría enterder a ké sabe leer todo el día, ser fanátiko de un artista y konocer toda su vida (o, más bien, lo ke los fanátikos kreen ke es toda su vida) o kedar kon el trasero kuadrado de tanto ver televisión...

saludos!

voy por un kafé kon mi madre





KL.-